sábado, 22 de septiembre de 2012

Las mejores canciones de los Rolling Stones

Las 14 canciones imprescindibles de los Rolling He aquí los catorce temas de los británicos que, seleccionados por un amplio abanico de expertos, forman parte del especial 'Las 500 mejores canciones de la Historia'. La 'playlist' stoniana definitiva. Por Rolling Stone. Los Rolling Stones, que hoy celebran el 50 aniversario de su primer concierto, se alzaron como triunfadores, junto a los Beatles y Dylan, de nuestro especial Las 500 mejores canciones de la Historia (2005). Aquí repasamos los 14 temas de la banda de Mick Jagger que lograron entrar en esa lista. Lo mejor de lo mejor del universo stoniano. Aquí podéis escuchar la lista íntegra en Spotify: Stones Hit List. Y gracias a la nueva web legal de letras de canciones Buluba (que cuenta con un catálogo de más de 7.000 temas), podéis leer también la letra. (I Can’t Get No) Satisfaction, Out of our heads. Tiene el riff más popular del mundo”, dice Steve Van Zandt, guitarrista de la E Street Band, “y es uno de los primeros ejemplos de la influencia de Dylan sobre los Stones y los Beatles. La interacción musical entre ellos cambió la historia. El grado de cinismo que introdujo Dylan y la idea de trasladar la tradición de las letras más personales del folk y el blues a la música popular llevó a los Stones de The Last Time, su primera grabación interesante, a Satisfaction en tan sólo unos meses”. (Elegida en el número 2 entre las 500 mejores canciones de la historia de Rolling Stone). Lee la letra de la canción aquí. Sympathy for the Devil, Beggars banquet. La inspiración para este tema diabólico salió de la novela El maestro y Margarita, del escritor soviético Mihail Bulgakov, que cuenta las aventuras de Satán en el Moscú de 1930. Los Stones le dieron al demonio uno de sus mejores ritmos, construido sobre la base de las congas de Rocky Dijon y las maracas de Bill Wyman. “Los medios dijeron que éramos el demonio”, dijo Richards, “y empezamos a pensar en el mal… Todo el mundo es Lucifer”. (Elegida en el número 32). Letra. Gimme Shelter. Let it bleed El arranque de Richards, interpretado en una guitarra copiada de una de las de Chuck Berry, conjura un aura de misterio jamás igualada. La cantante Merry Clayton, que hacía los coros, desata el apocalipsis con un lamento atormentado. “Sólo un disparo nos separa del crimen”. La canción se editó tras el asesinato de Los Ángeles del Infierno en Altamont. (Elegida en el número 38). You Can’t Always Get What You Want. Let it bleed. Después de una sesión en noviembre de 1968 en el Olympic Studio de Londres, Al Kooper, el teclista de los Stones, le dijo a Jagger que quería ver qué tal quedaban unos vientos en la canción que acababan de grabar. Jagger accedió, pero en la mezcla final sólo se quedó el cuerno francés. Kooper sacó la melodía de piano de la canción de una grabación de Etta James y el cómplice de Phil Spector, Jack Nitzsche, puso el toque definitivo en marzo de 1969, cuando grabó, con el London Bach Chorus, el coro para la composición. El tema se convirtió en el final grandioso de un álbum que marcó una época. (Elegida en el número 100). Letra. Honky Tonk Women, Let it bleed. Jagger y Richards la compusieron durante un viaje de vacaciones en Suramérica usando a sus entonces novias, Marianne Faithful y Anita Pallenberg, como fuentes de inspiración. De vuelta al estudio, en mayo de 1969, los Stones la grabaron en cinco horas. Honky Tonk marcó el debut de Mick Taylor con la banda. El productor Jimmy Miller añadió el crucial sonido del cencerro de una vaca, que le dio al tema su toque inconfundible de club de striptease. (Elegida en el número 116). Letra. Jumpin’ Jack Flash, Forty licks. Richards pasaba por uno de sus momentos más prolíficos en 1968, explorando por primera vez la afinación en re, habitual en el blues, y componiendo algunos de sus riffs más dramáticos. Escuchó una composición de órgano en la que estaba trabajando Wyman en un estudio y la convirtió en el riff irresistible de Jumpin’ Jack Flash. La letra se inspira en el jardinero de Richards, Jack Dyer, al que Jagger y él vieron trabajar después de una noche de grabación. “¿Quién es ése?”, preguntó Jagger. “Es Jumpin’ Jack”, contestó Richards. (Elegida en el número 124). Paint It Black, Aftermath. Brian Jones compuso la memorable melodía de sitar durante la grabación. “Brian pasaba bastante de la guitarra por entonces”, dijo Richards: “Si tenía otro instrumento a mano, se empeñaba en hacer algo con él. Eso le dio a las grabaciones un montón de texturas diferentes”. (Elegida en el número 174). Letra. Street Fighting Man, Beggars banquet. Su canción más política se inspiró en una concentración contra la guerra de Vietnam. La policía cargó contra 25.000. El zumbido distorsionado se consiguió metiendo las guitarras en una grabadora mono. (Elegida en el número 295). Ruby Tuesday, Between the buttons. En una sesión para Between the Buttons, en noviembre de 1966, Richards dibujó este esbozo lírico de Linda Keith, su primera novia seria, y lo convirtió en una balada melancólica muy propia de él. (Elegida en el número 303). Letra. Wild Horses, Sticky fingers. Aunque va firmada también por Jagger, esta balada acústica pertenece a Richards. Habla de cuando los Stones se preparaban para hacer su primera gira por Norteamérica en tres años, y Keith debía dejar en casa a su esposa Anita y a su hijo Marlon y convertirse en un “caballo salvaje”. (Elegida en el número 334). Letra. Tumbling Dice, Exile on main street. Su título original era Good Time Women, y tuvo diversas encarnaciones antes de ser grabada en la villa de Richards en el sur de Francia. Jagger toca un poco la guitarra y Mick Taylor el bajo, aportando su granito de arena a la espontaneidad que transmite. (Elegida en el número 424). Wild Horses, Sticky fingers. Aunque va firmada también por Jagger, esta balada acústica pertenece a Richards. Habla de cuando los Stones se preparaban para hacer su primera gira por Norteamérica en tres años, y Keith debía dejar en casa a su esposa Anita y a su hijo Marlon y convertirse en un “caballo salvaje”. (Elegida en el número 334). Letra. Beast of Burden, Some girls. En 1978, los Stones atravesaban una etapa turbulenta, con problemas con las drogas, las mujeres y la ley. En Beast of Burden afrontan problemas adultos. En otras tomas –una de seis minutos–, Jagger intentó cantar en falsete. (Elegida en el número 435). Letra. Brown Sugar, Sticky fingers. La canción se gestó en una sesión en los estudios Muscle Shoals: Jagger garabateó tres versos en un cuaderno de taquigrafía y Richards hizo un riff sexy. Añade a eso unas cuantas exclamaciones (“Yeah! Yeah! Woooo!” ) y ya tenemos otro cañonazo made in Stones. (Elegida en el número 490). Letra. Miss You, Some girls. “No habla de una chica en particular, sino del senimiento de añoranza”, explicó Mick Jagger. (Elegida en el número 496). Letra.